Nacido en Lucca el 9 de febrero de 1743, en el seno de una familia de artistas. Su padre fue contrabajista y su hermana bailarina de ballet. Su hermano Giovanni Gastone fue escritor y poeta de cierto prestigio, que llegó a escribir libretos para Antonio Salieri y Joseph Haydn. Boccherini se interesó por el chelo. Su padre le da las primeras lecciones, ampliándolas con el sacerdote Domenico Vannuci. Progresó tanto que en las fiestas de Lucca de 1756 consta su participación como violoncelista; contaba tan sólo 13 años de edad. Impresionado su padre por las aptitudes de Luigi le envía a Roma a estudiar con Constanzi, un compositor célebre por esa época, autor de óperas y música sacra. Se familiariza con la obra de Palestrina y de Allegri cuyo famoso Miserere impresionará al joven músico.
En 1757, después de terminar sus estudios en la Basílica de San Pedro en Roma, acompañó a su padre que había logrado obtener plaza para ambos en la corte imperial austríaca en Viena, y no volvió a Lucca hasta 1764.
Ante el relativo poco éxito de su carrera -y su escasa remuneración- Boccherini inicia una gira de conciertos con su cuarteto de cuerda creado en 1764 con los violinistas Pietro Nardini y Filippo Manfredi y el viola Giuseppe Cambini. Su repertorio está formado por obras de Haydn, el propio Boccherini y otros compositores contemporáneos. Entre 1764 y 1768 compone dos oratorios Giuseppe Riconoscuito y Gioas, re di Guidea.
En 1768 se instala en París con su segundo violín Filippo Manfredi. Allí publica algunos cuartetos op.1 y tríos op.2. Poco a poco la fama de Boccherini crece. Entonces aparece en su vida el embajador de España en París, Joaquín Anastasio Pignatelli y consigue convencer a ambos de trasladarse a Madrid bajo la protección del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano pequeño del rey Carlos III.
Pero la situación no les es tan favorable como habían esperado. Numerosos músicos italianos que ya estaban en Madrid envidian el talento de Boccherini, además, el género más apreciado en la Corte es la ópera. En 1769 es nombrado violoncelista y compositor de la capilla real del infante Don Luis.
Hacia 1770 empezó a componer el primero de sus quintetos para cuerda, una obra con la que ha sido ampliamente relacionado.
El año 1785 cambia sustancialmente su vida, fallece su esposa Clementina en Arenas de San Pedro y meses después, el 7 de agosto, su patrón Don Luis. Boccherini regresa solo y con 6 hijos: Joaquina, Luis Marcos, José Mariano, María Teresa, Mariana e Isabel. Una vez en Madrid consigue dos importantes patronazgos: es nombrado compositor de la corte de Federico Guillermo II de Prusia, sin obligación de residir en Berlín (nunca viajó a Alemania); y el de Feliph-Mariano de Riquer y de Sabater, cuarto marqués de Benavent (1713-1794).
Estos dos mecenazgos fueron decayendo en los últimos años de su vida, de forma que la situación de Boccherini fue empeorando paulatinamente. Angustiado por las desgracias de la pérdida de sus hijos y de su segunda mujer, y a pesar de la ayuda del embajador francés Luciano Bonaparte, murió el día 28 de mayo de 1805, a los 62 años de edad y, aunque se cree que lo hizo siendo pobre, un reciente estudio de su testamento realizado por uno de sus descendientes directos demuestra que no murió rico pero murió con dinero y no en la miseria.
Boccherini fue enterrado en la iglesia de San Justo de la Calle del Sacramento de Madrid, hoy basílica pontificia de San Miguel
En 1757, después de terminar sus estudios en la Basílica de San Pedro en Roma, acompañó a su padre que había logrado obtener plaza para ambos en la corte imperial austríaca en Viena, y no volvió a Lucca hasta 1764.
Ante el relativo poco éxito de su carrera -y su escasa remuneración- Boccherini inicia una gira de conciertos con su cuarteto de cuerda creado en 1764 con los violinistas Pietro Nardini y Filippo Manfredi y el viola Giuseppe Cambini. Su repertorio está formado por obras de Haydn, el propio Boccherini y otros compositores contemporáneos. Entre 1764 y 1768 compone dos oratorios Giuseppe Riconoscuito y Gioas, re di Guidea.
En 1768 se instala en París con su segundo violín Filippo Manfredi. Allí publica algunos cuartetos op.1 y tríos op.2. Poco a poco la fama de Boccherini crece. Entonces aparece en su vida el embajador de España en París, Joaquín Anastasio Pignatelli y consigue convencer a ambos de trasladarse a Madrid bajo la protección del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano pequeño del rey Carlos III.
Pero la situación no les es tan favorable como habían esperado. Numerosos músicos italianos que ya estaban en Madrid envidian el talento de Boccherini, además, el género más apreciado en la Corte es la ópera. En 1769 es nombrado violoncelista y compositor de la capilla real del infante Don Luis.
Hacia 1770 empezó a componer el primero de sus quintetos para cuerda, una obra con la que ha sido ampliamente relacionado.
El año 1785 cambia sustancialmente su vida, fallece su esposa Clementina en Arenas de San Pedro y meses después, el 7 de agosto, su patrón Don Luis. Boccherini regresa solo y con 6 hijos: Joaquina, Luis Marcos, José Mariano, María Teresa, Mariana e Isabel. Una vez en Madrid consigue dos importantes patronazgos: es nombrado compositor de la corte de Federico Guillermo II de Prusia, sin obligación de residir en Berlín (nunca viajó a Alemania); y el de Feliph-Mariano de Riquer y de Sabater, cuarto marqués de Benavent (1713-1794).
Estos dos mecenazgos fueron decayendo en los últimos años de su vida, de forma que la situación de Boccherini fue empeorando paulatinamente. Angustiado por las desgracias de la pérdida de sus hijos y de su segunda mujer, y a pesar de la ayuda del embajador francés Luciano Bonaparte, murió el día 28 de mayo de 1805, a los 62 años de edad y, aunque se cree que lo hizo siendo pobre, un reciente estudio de su testamento realizado por uno de sus descendientes directos demuestra que no murió rico pero murió con dinero y no en la miseria.
Boccherini fue enterrado en la iglesia de San Justo de la Calle del Sacramento de Madrid, hoy basílica pontificia de San Miguel
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