catedral de santa ana
Comenzada en el siglo XII y perfeccionada en el siglo XIII, la catedral gótica sigue siendo uno de los grandes triunfos artísticos de la Alta Edad Media. Encumbrándose casi como si fuese a tocar el cielo, fue un símbolo apropiado de la preocupación de las gentes del medioevo respecto a Dios.
Dos innovaciones fundamentales del siglo XII posibilitaron la existencia de las catedrales góticas. La combinación de las bóvedas acanaladas y de los arcos punteados reemplazaron las bóvedas cilíndricas de las iglesias románicas y permitió a los constructores hacer que las iglesias góticas fuesen más altas que sus contrapartes románicas. La utilización de los arcos punteados y de las bóvedas acanaladas creó una sensación de movimiento ascendente, una sensación de ingravidez vertical que implicaba la energía de Dios. Otra innovación técnica también resultó importante. El contrafuerte, básicamente un pilar de piedra muy arqueado que se construía fuera de los muros, posibilitó la distribución del peso de los techos abovedados de la iglesia en dirección hacia abajo y hacia afuera, lo cual eliminaba los pesados muros utilizados en las iglesias románicas, como soporte del peso de las enormes bóvedas cilíndricas. Por tanto, las catedrales góticas se construyeron con muros delgados que se complementaban con magníficos vitrales, lo cual creaba un juego de luces en su interior, que variaba con el Sol en diferentes momentos del día.
Los artesanos medievales de los siglos XII y XIII perfeccionaron en arte de los vitrales. Pequeñas piezas de vidrio se teñían con brillantes colores como joyas. Esta preocupación por la luz coloreada en las catedrales góticas no fue accidental, sino que fue ejecutada por gente inspirada en la creencia de que la luz natural era un símbolo de la divina luz de Dios. La luz es invisible, pero permite a la gente ver; de esta misma forma, Dios es invisible, pero su existencia permite que el mundo de la materia exista. Los que estaban anonadados por el significado místico de la luz también estaban impresionados por el significado místico del número. Las proporciones de las catedrales góticas se basaron en razones matemáticas cuyos constructores creían que se derivaban de la escuela antigua griega de Pitágoras, y que expresaban la armonía intrínseca del mundo tal y como la estableció su creador.
La primera catedral enteramente gótica fue la iglesia de la abadía de Saint-Denis, cerca de París, surgida de la inspiración de Suger (el famoso abad del monasterio que ejerció ese cargo de 1122 a 1151) y que se construyó entre 1os años 1140 y 1150. A pesar de que el estilo gótico fue un producto del norte de Francia, a mediados del siglo XIII la arquitectura gótica francesa se había diseminado en Inglaterra, España y Alemania, de hecho a casi toda Europa. Este estilo gótico francés tuvo sus expresiones más brillantes en las catedrales de París (Notre Dame), Reims, Amiens y Chartres.
La catedral gótica supuso el trabajo de una comunidad completa. Todas las clases contribuían en su construcción. Se recolectaba dinero de la gente acaudalada de la villa que había prosperado gracias al nuevo comercio y a las industrias recientes, así como de los reyes y nobles. Los maestros albañiles, que eran arquitectos e ingenieros, diseñaban las catedrales. Delineaban los planos y supervisaban el trabajo de construcción. A los mamposteros y a otros artesanos se les pagaba un salario diario y proporcionaban la mano de obra especializada para construir las catedrales. De hecho, estas construcciones fueron las primeras estructuras monumentales importantes construidas por una mano de obra libre y asalariada.
La construcción de las catedrales a menudo se convirtió en una competencia cerrada, en la medida en que las comunidades rivalizaban entre sí para tener una torre más alta; rivalidad que, en ocasiones, terminaba en desastre. La catedral de Beauvais, en el norte de Francia, se derrumbó en 1284 tras alcanzar una altura de ciento cincuenta y siete pies. Las catedrales góticas también dependieron de la fe de la comunidad. Después de todo, a menudo se necesitaban dos o más generaciones para terminar una catedral; por lo que la primera generación de constructores debía comenzar, a sabiendas de que tal vez no vivirían para ver completado el proyecto. Pero, lo más significativo de todo, es que una catedral gótica simbolizaba la principal preocupación de una comunidad cristiana medieval, su dedicación a un ideal espiritual. Como hemos observado, el edificio más grande de una era refleja los valores de su sociedad. La catedral gótica, con sus torres que subían hacia el cielo, dio testimonio de una era en la que el impulso espiritual aún subyacía en la mayor parte de la existencia. Los vitrales de las catedrales góticas son notorios por la belleza y variedad de sus colores, Estos representan un sorprendente número de escenas, como puede observarse en esta icografía.
Las GárgolasLas gárgolas son elementos decorativos destinados a evacuar el agua de lluvia de los techados.
Se encuentran en los estribos, en los arbotantes...
Sin embargo, en vez de ser sencillos tubos de desagüe, son obras escultóricas y tienen la originalidad de ser grotescas
La mayoría son monstruos que evocan algún tipo de demonio, adoptan posiciones poco elegantes ya que sus orificios naturales tienen que permitir la expulsión del agua en tiempo de lluvia: escupen, vomitan, orinan, lloran...
La Bóveda de cruceríaLa bóveda de crucería proviene del cruce de dos bóvedas.
En el caso de las catedrales góticas, las bóvedas que se cruzan provienen de arcos ojivales, inicialmente muy altos, y se apoyan sobre nervaduras.
La maduración del arte gótico provoca una división cada vez mayor de las crucerías y una multiplicación de las nervaduras al mismo tiempo que la bóveda se hace más plana.
El aspecto de la bóveda, visto del interior, llega a ser el de una serie de abanicos.
Las Columnas y los Pilares góticosLas nervaduras de los arcos distribuyen la presión de las bóvedas en unas columnas delgadas. Éstas se apoyan en las paredes del clerestorio, Mas sin ejercer fuerza, ya que descargan su presión en los pilares que se encuentran en la parte inferior del edificio, separando la nave central de las laterales.
El número de columnas depende del número de nervaduras en la bóveda.
Con el paso del tiempo, las columnas se hacen más delgadas así como los pilares que las sostienen y los adornos de los capiteles, temas vegetales (hojas de cardo, de vid, de hiedra,de roble...), más complejos.
Arbotantes, contrafuertes y pináculos.
Se encontró la manera de llevar la presión de las bóvedas hacia el suelo sin la necesidad de paredes muy gruesas, pero el empuje que se ejerce a través de las nervaduras sigue inclinado por lo que se deben usar contrafuertes para contrarrestarlo.
Sin embargo, dado que la nave central es más alta que las laterales, es necesario transmitir de alguna manera la
presión que se ejerce desde la bóveda central hasta estos contrafuertes, colocados contra la pared más externa del edificio, la pared de las naves laterales.
Ese es el papel que juegan los arbotantes, arcos incompletos, exteriores al edificio y que unen la bóveda a los contrafuertes.
Los contrafuertes están rematados en su parte superior por unos adornos verticales, alargados y punteados, los pináculos
Los vitralesLos vitrales son a la vez un elemento arquitectónico, escultórico y pictórico.
Son parte de la arquitectura porque son ventanas y porque son limitados por el mismo tipo de arco ojival que se encuentra en las bóvedas, porque son adornados por archivoltas de pequeños arcos, porque son separados por pequeñas columnas y porque cada uno de ellos es sostenido por marcos de piedra de diversas formas.
Son elementos escultóricos porque los marcos de piedra que sostienen las diferentes partes del ventanal, círculos, ojivas, triángulos curvos, van formando figuras de gran delicadeza, como los rosetones de las fachadas.
Son elementos pictóricos, porque, además de dejar pasar una luz mística, sus vidrios de brillantes colores unidos por hilos de plomo representan en dos dimensiones escenas de la vida diaria o del acervo bíblico.